¿Alguna vez te has preguntado si es suficiente lo que haces? ¿Si te puedes conformar con lo que tienes o quieres más? ¿Perseguir más y más para qué? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Cómo puedo ser más feliz? Son preguntas que me hago cuando me paro a pensar y dejo el móvil aparcado. Qué importante es tener momentos de reflexión, desintoxicación del scroll infinito. Quiero dedicar un texto a esta droga tan dura que azota a la sociedad actual. Tanto jóvenes como adultos, nos afecta a todos. Pero hoy no, hoy quería hablar de la inocencia de los bebes. Me ayuda a poder ordenar esas preguntas a las que aún no tengo respuesta. Creo que nadie tiene respuesta de hecho.
Supongo que lo que hay que perseguir en la vida es la felicidad. Es algo muy difícil de medir y buscar. A veces se presenta en forma de rendir mejor en el trabajo. Otras en mejorar tus marcas en el deporte que te guste. Otras viajar a sitios que te llamen la atención. Sin embargo, no muchas veces se piensa en la tranquilidad de dar un paseo cerca de arboledas. Mirar por la ventana y ver a los pajarillos cantar. Creo que en estos detalles es donde se haya la vida. Si eres capaz de disfrutar esos momentos, creo que disfrutas la vida.
Es cierto que el poder disfrutar de ellos tiene connotaciones. Yo creía que para poder disfrutar de estos pequeños momentos se necesitaba cierta estabilidad en las necesidades humanas básicas. Seguridad, alimentación, hogar, riqueza. Sin embargo un documental me abrió los ojos y vi lo equivocado que estaba. Bebes. Es un documental mudo que trata de la infancia de 4 bebes de diferentes nacionalidades. Uno en Japón, otro en Estados Unidos, otro en Namibia y otro en Mongolia.
La inocencia del bebe es su pureza. Su ingenuidad los hace fuertes. Cada día es un descubrimiento nuevo. No quiero destripar el documental porque merece la pena verlo. Al ser mudo es una maravilla para tu mente. Tu cerebro empieza a dar vueltas a lo que ve e intenta sacar moralejas. Mi recomendación es que vayas a verlo con la mente en blanco, sin contaminarte de ideas preconcebidas. De hecho, creo que es uno de esos documentales que tienen un impacto muy diferente en cada persona. Hay tantos detalles que puedes quedarte pensando largo rato en algo que otra persona no le prestó atención. Puede que te ayude a responder a dudas que tienes. Cómo mínimo te hará desconectar de la droga de las redes, por lo que es un gran consejo. Contenido de calidad, no de scroll infinito.
No sé describir que es la felicidad, pero sé que compartir momentos con los que quieres llena el corazón. En el documental sale el tema de hermanos y cómo interactúan los diferentes bebés con ellos. Es curioso ver las reacciones, cómo enrabietan con ellos pero quieren más y más contacto. Cómo aprenden con la observación y repetición, mientras que los bebés sin hermanos colmados de juguetes pasan malos ratos aburridos de la abundancia. En la sencillez reside la magia, esto es lo mismo que cuando regalas un coche a un niño pequeño y juega más con la caja que con el coche. Si es que realmente ellos y su imaginación hacen el juego bonito. Definitivamente, compartir experiencias es lo bonito de la vida. Como dice la genial frase final de la película ‘‘Into the wild’’, la felicidad solo es real cuando es compartida.
Bebés, una hora de reflexión.
Aquí los 4 protagonistas de este gran documental.